Rabisu
Rabisu son los ángeles caÃdos que se transforman en espÃritus vampÃricos, y principalmente aparecen en forma humana, con rasgos demonÃacos y alas angelicales.
En esta tierra acechan en las sombras, esperando atacar a los vivos cuando entren en sus hogares. Se dice que el Rabisu es el apoderado de almas, escondido en oscuros recovecos, esperando a su presa desprevenida.
En el infierno, se dice que deambulan por el Desierto de la Angustia esperando a las almas recién llegadas.
La mitologÃa afirma que los Rabisu son de la antigüedad y pertenecÃan a la rebelión angelical. Debido a su desgracia, fueron desterrados del cielo. El Rabisu se transformó con el tiempo de espÃritus chupadores de energÃa a seres de tipo vampiro. Al principio, utilizarÃan la energÃa humana para crear fuerza para manipular y mover objetos, de una manera poltergeist. CrearÃan un inmenso caos y miedo con sus "apariciones".
Dado el miedo que invocaba el Rabisu, eran muy buscados por los hechiceros de la magia oscura, ya que su poder podÃa usarse para dañar a los enemigos. Se dice que el Rabisu influyó en los que practicaban la magia oscura, por lo que en última instancia fue el Rabisu y no el hechicero quien tenÃa el control. Cuando se conjuró el Rabisu, se volvieron más peligrosos ya que habÃan encontrado una manera de manifestarse en forma fÃsica. Ahora no solo podÃan controlar la mente del hombre, sino que podÃan convertirse en caminantes entre los hombres, libres de causar daño a través de la mente y ahora del cuerpo. Una vez en esta forma fÃsica, necesitaron una nueva fuente de energÃa, y al probar la sangre, su lujuria por ella se volvió imparable.
Los Rabisu tenÃan limitaciones: necesitaban un ser humano vivo para conjurarlos. Los humanos que buscaban vengarse de sus enemigos utilizarÃan un mago para llamar a los Rabisu. El pago por esto fue una copa de su sangre. La incertidumbre de este tipo de empresa era que no habÃa promesas de que Rabisu no te matarÃa en el proceso.
Para que alguien pudiera protegerse de los Rabisu, se decÃa que necesitaban colocar sal marina en su umbral. La sal marina rebelaba a los Rabisu y buscaban otras presas para satisfacer su hambre.
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